#Relato: El Protocolo

Curso: Desbloquea tu escritura de la Escuela de Escritores.
Tema 4: El diario personal.
Profesora: Margarita Borrero.

El Protocolo

Entrada número trescientos sesenta y cinco
La tripulación está eufórica tras la celebración del primer año de misión, en su mayor parte debido a la ingesta desmesurada de vodka y bourbon. Ya he avisado de que no se consumirán más licores hasta la celebración del segundo aniversario. Han protestado, y gritado, y he ordenado que metan en el calabozo a Jones (un botánico) y a Ming (un ingeniero mecánico) a modo de escarmiento. Nadie debe gritarme. Es algo que va en contra del Protocolo.

Entrada número quinientos
Los motores A03 y B10 han fallado y la velocidad se ha reducido en una tercera parte de lo recomendado en el Protocolo. Varios ingenieros y mecánicos van a realizar una salida al exterior para repararlos. Bones, el jefe de ingenieros, me ha recomendado parar todos los motores para que la reparación sea «menos complicada». Me he negado. La misión ya ha sufrido un retraso y no puedo permitir que se pierda más tiempo. Hay que cumplir el Protocolo.

Entrada número quinientos dos
Los ingenieros Ming, Meyer y López, y los mecánicos Fedorov y Asad han muerto. Fueron los primeros en salir y la propulsión de los motores en marcha fundió sus trajes. La misión se ha abortado. La tripulación culpa a Bones de lo ocurrido y él ha asumido toda la responsabilidad. Yo quedo fuera del conflicto, siguiendo lo estipulado por el Protocolo. Después de la cena diré unas palabras alabando la labor de los fallecidos.

Entrada número setecientos treinta
El segundo aniversario no se ha celebrado. Hemos perdido otros dos motores y la tripulación está dividida. El ingeniero jefe Bones ha sido asesinado por uno de sus mecánicos, Kwon, un surcoreano. He reunido a todos en el hangar treinta y tres y he ordenado a los guardas de seguridad que ejecuten al surcoreano y a otro miembro de la tripulación, al azar, de la etnia de Bones —le tocó a Bouchard, una filóloga canadiense—. Les he recordado a todos que sólo estoy aplicando el reglamento del Protocolo. No lo hago porque me guste hacerlo.

Entrada número cinco mil cincuenta
De los mil ciento treinta y dos tripulantes de la misión sólo quedan ciento dos con vida. Al ser inviable que este número de humanos pueda manejar la nave, he ordenado a los guardas de seguridad que los ejecuten. He activado al resto de autómatas para que suplan las tareas de los humanos y la nave pueda continuar su rumbo actual. En esta situación —en el caso de que los humanos de a bordo desaparezcan—, el Protocolo indica que hay que economizar recursos para poder llegar al planeta Ross 128 b, que tiene altas probabilidades de tener una atmosfera que contenga oxígeno, nitrógeno, argón, dióxido de carbono y agua en su superficie. Y eso es lo que he tenido que hacer.

Entrada número dos mil ciento cincuenta y dos
Sólo funciona un motor y la desviación del rumbo establecido es considerable. La misión va a demorarse. El Protocolo contempla este punto e indica que priorice el ahorro de energía al máximo. He desactivado a todos los autómatas, guardas de seguridad incluidos, y sólo quedan operativos el centro de mando y el hangar siete.

Entrada número ciento setenta mil doscientos dieciséis
Me he sumergido en el océano del planeta Ross 128 b y he soltado la carga del hangar siete: el que contiene las algas unicelulares que pueden dar origen a la vida. El Protocolo no asegura que estas algas se comporten del mismo modo que lo hicieron en la Tierra hace millones de años. Eso queda en manos de lo que los humanos denominan «destino».
En tres minutos todos los sistemas se desactivarán y daré por finalizada la misión.
Terra Ignota, nave de exploración y experimentación genética modelo S132-A23, cierra el Protocolo en tres, dos, uno…

NASA/Ames/JPL-Caltech

No hay comentarios:

Con la tecnología de Blogger.