Alimentando a la inspiración
Alimentando a la inspiración
El escritor dejó de teclear; se había quedado en blanco. Con gesto desganado se levantó y puso en el comedero vacío de la jaula un puñado de pasta de sopa de letras. La musa, ansiosa, saltó del columpio y bajó a comer. El escritor volvió a sentarse, inspiró profundamente, y continuó tecleando.
El escritor dejó de teclear; se había quedado en blanco. Con gesto desganado se levantó y puso en el comedero vacío de la jaula un puñado de pasta de sopa de letras. La musa, ansiosa, saltó del columpio y bajó a comer. El escritor volvió a sentarse, inspiró profundamente, y continuó tecleando.
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