Decepción maternal

Microrrelato: Decepción maternal
Bajó del tren y vio a su madre en la estación con un ramo de flores. Tiró el macuto y corrió a abrazarla, pero la mujer dejó caer el ramo al suelo y le dio la espalda. 
—¿Madre? —preguntó angustiado. 
—Creí que llegabas en un ataúd —murmuró la anciana—. Nadie me dijo que volvías... así. 
—¡Estoy vivo, madre! —gritó perplejo—. ¿Acaso no se alegra? 
—Los demás cuchichearán a nuestras espaldas. No nos dejarán en paz. Dirán que parí a un cobarde. 
—¿Pero qué dice, madre? ¡Pos dios! ¿Por qué dice esas cosas? 
—Porque seré la única que no tenga un valiente al que llevar flores al camposanto, hijo. Por eso.

Arlington National Cemetery by Jim Varhegyi

2 comentarios:

  1. Muy bueno el juego de ironías, Vicente.
    Por cierto, te sigo desde hace tiempo y tengo curiosidad por ver tus también irónicos tuits sobre los partidos de la Champions que se avecinan.
    Un saludo

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  2. La mayor ironía de los partidos de Champions que se avecinan es que nos pegaremos al televisor para ver a unos tipos multimillonarios jugar con una pelota. Así nos mantienen quietos en casa o en los bares y sin quejarnos de los derechos que, día a día, nos van quitando. Somos así.

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