Limbo Pub
El camarero puso cara de resignación cuando vio entrar al cazarrecompensas con la gabardina y el sombrero empapados de almas. Le puso un bourbon y salió de la barra a fregar el suelo antes de que las ánimas que se habían escurrido de la ropa del cliente tomasen posesión del local. No quería tener que exorcizarlo y pintarlo de nuevo.
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